En enero, las tiendas terminan de vender las prendas de la temporada de invierno y reciben las colecciones de primavera. Al mismo tiempo, los showrooms recibimos los muestrarios del próximo invierno y los clientes multi marca se acercan para hacer los pedidos y planificar la siguiente temporada. La moda es flujo, comercio y movimiento.Pero desde que se han puesto en marcha las restricciones del proyecto Madrid Central, los flujos de clientes y los accesos a los comercios se han dificultado mientras todos asimilamos los cambios y nos adaptamos a las normas municipales.
En medio de este cambio, el conflicto entre los taxis y las nuevas empresas de alquiler de transporte rápido, y las manifestaciones de los taxistas, han terminado por hacer imposible el tráfico, los desplazamientos, el movimiento en la ciudad y el comercio. Los clientes no encuentran la manera de llegar a las tiendas. Los transportistas no pueden hacer llegar las mercancías. Los profesionales que viajan a las ferias buscan alternativas para llegar a los aeropuertos. Y los negocios, que pasan por momentos difíciles, encuentran un nuevo obstáculo en los atascos, las restricciones y las protestas, a veces violentas.
La reivindicación y la huelga son derechos indiscutibles en una sociedad democrática. Pero en cualquier caso deberían de tener algunas limitaciones cuando alteran o perjudican los derechos igualmente legítimos y democráticos de otros colectivos y ciudadanos. La ordenación del urbanismo es una competencia del Ayuntamiento. Pero debería tener en cuenta las demandas de negocios y comerciantes que igualmente necesitan ayuda y protección. Este blog es un espacio que trata de moda, no de política ni de conflictos sociales. Pero hoy me hago eco de las voces de mis clientes y proveedores. Trabajadores y pequeños empresarios igual que yo.